La demencia se caracteriza por ciertos padecimientos que afectan a la memoria, así como el pensamiento. Muchas personas pierden la memoria, pero ello no significa que sea demencia, existen muchas causas para perderla. La demencia se da por la pérdida de células nerviosas que conectan al cerebro. Desafortunadamente la edad es un factor de padecer esta enfermedad, a partir de los 65 años.
Entre los síntomas más comunes que podemos encontrar son:
- La pérdida de la memoria
- Confusión y desorientación
- Dificultad para comunicarse, razonar, manejar tareas complejas, planificar, organizar.
- Dificultad con las funciones motoras y habilidades visuales-espaciales
Algunos de los cambios psicológicos más notables son:
- Las alucinaciones
- Cambios de personalidad
- Depresión, ansiedad
- Paranoia
Los tipos más comunes son:
Alzheimer:
Esta enfermedad es la más común. Según los expertos se da por la trasmisión de padres a hijos, a causa de tres genes. Para aquellas personas que padecen esta enfermedad desarrollan en el cerebro placas llamadas beta amiloide y ovillos que están compuestos por proteína tau, estos grupos son los que dañan las neuronas y fibras que conectan con el cerebro.
Demencia vascular:
Los vasos se dañan por lo que es complicado suministrar sangre al cerebro. Este tipo puede dañar el cerebro e inclusive tener incidentes cerebrovasculares. Los problemas de padecerla incluyen perder la concentración, dificultad para resolver problemas y pensar lentamente.
Demencia con cuerpos de Lewy:
Estos cuerpos son proteínas anormales localizados en el cerebro, entre los síntomas destacan; alucinaciones, problemas al concentrarse, así como temblores y rigidez.
Te recomendamos: ¿Porqué es importante la salud mental en el adulto mayor?
Demencia frontotemporal:
En este tipo las células se degeneran, existe un cambio de personalidad, así como de lenguaje.
Aunque en la actualidad no existe un medicamento para tratarla o prevenirla, podemos mantener nuestra mente activa, realizar actividades físicas y sociales, dejar de fumar, mantener una alimentación saludable y dormir lo suficiente puede ayudar al cerebro.