El buen manejo del estrés en esta etapa, será clave para obtener mejor calidad de vida
El estrés es una respuesta física de nuestro cuerpo que surge para afrontar determinados problemas cuando el organismo se siente en peligro frente a un estímulo específico, el cual puede ser externo (preocupación financiera, conflictos relacionados a la familia, etc.,) o interno (enfermedad, proceso natural de envejecimiento, etc.,)
Este padecimiento, que cada vez va en aumento, constituye un factor de riesgo para la salud, el bienestar y la calidad de vida de las personas; pero esto se torna particularmente sensible en la tercera edad ya que se enfrentan cambios emocionales fuertes a nivel psicológico y social y al envejecer se pierde parcialmente la capacidad de enfrentarnos correctamente a situaciones inesperadas, así mismo, el organismo de un adulto mayor tarda más tiempo en volver a la normalidad una vez que ese estímulo estresante ha desaparecido.
Las situaciones desfavorables de la vida cotidiana en esta etapa de la vida tales como las pérdidas, enfermedades, sentimientos de soledad, etc., pueden desencadenar reacciones de ansiedad y angustia. El hecho de aislarse, de no saber gestionar la soledad o de dejar de ser autónomos y no poder valerse por sí mismos son otras de las situaciones que pueden desatar episodios de estrés ante los que el cuerpo puede responder con diversos síntomas, desde los problemas gastrointestinales hasta las úlceras, pasando por taquicardias o sensación de agotamiento.
Sin embargo, las situaciones favorables como ocasiones especiales y fechas significativas, cargadas de emoción o de tensión, pueden ser fuente de episodios de estrés.
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Para contra atacar estos síntomas es importante mantener las redes de apoyo con amigos y familiares que, de ser necesario, pueden ayudar a sobrellevar mejor las crisis. La actividad física diaria es una de las mejores maneras de mantenernos positivos y de ser capaces de manejar las emociones displacenteras que podamos experimentar ya que al realizarlas, liberan endorfinas que nos ayudan a mantener una actitud positiva, retrasan el envejecimiento y nos ayudan a mantenernos fuertes e independientes. Otros métodos son las técnicas de relajación y los ejercicios de respiración que lograrán disminuir en gran medida el estrés de la vida diaria.